Si algo he aprendido en la vida es que mi valor como ser humano, mujer y latina lo establezco yo. 

A lo largo de nuestra existencia, muchas personas tratarán de decirnos que no somos lo suficientemente buenas, o preparadas, o calificadas, o que nuestra valía no se equipara a la de otro. O peor, ni siquiera nos consideran como capaz, ni existente.  Somos solo flores para decorar el mundo; pero no podemos hablar ni contribuir. 

Hoy digo con toda franqueza, que todas esas personas están equivocadas.   Mi valor lo establezco yo. 

Como mujer y latina, puedo decir que soy tan capaz de enfrentar retos como cualquier otra persona, sin importar su género o raza. Porque durante toda mi vida me he preparado para asumirlos y superarlos. Porque he estudiado, me he preparado, he trabajado y sé que la experiencia, los conocimientos y mi deseo de superación me han preparado para todas y cada una de las tareas que he asumido con éxito, porque entiendo que el fracaso es también parte de la experiencia, porque todo lo que vivo, sea positivo o negativo, enriquece mi vida. Porque jamás dejé que otros decidieran cuales eran mis capacidades. 

Pero, así como tengo claro que no son otros quienes deciden cual es mi valor, también he entendido que yo debo ser la primera promotora de mis logros. Si yo no soy capaz de estar orgullosa de mis méritos y de contárselos a otros, no puedo esperar que otros me promuevan. 

Obviamente no podemos siempre presentar comerciales promocionales: “Veronica es fantástica, sabe mucho!” se ve fingido y artificial.  Seria ideal recibir reconocimiento de organizaciones públicamente que celebran tus logros.  No solo para sentirme orgullosa y satisfecha, pero estos premios le enseñan al mundo la riqueza que existe en nuestras comunidades.  Por ejemplo, en Maryland hay un premio llamado Top 100 Women (100 Mujeres Destacadas) organizado por el periódico Daily Record, donde cada año reconocen a 100 mujeres de la región que se destacan en las áreas de Profesión, Mentoría y Comunidad.    

Es un proceso bien competitivo contando con cartas de recomendaciones y una aplicación llenada por la aplicante en donde describe sus méritos y calificaciones.  Entonces un panel de jueces, previas ganadoras, revisan y seleccionan a las galardonas del año.   Siendo una selección de contemporáneas, aquí no se puede hacer trampa, no pueden “comprar” o “sobornar” el premio; típicamente solo suelen ganar las que se merecen el premio. 

Como se imaginan, muy pocas mujeres Latinas son nombradas.  Creo que menos de 50 latinas han ganados en los últimos veinte años, que cuenta con más de 1,800 ganadoras…  El problema surge de que primero, somos pocas; segundo, que seamos visibles para ser notadas y tercero, y más importante, somos super humildes y no nos promovemos. 

Yo misma llene mi primera nominación en 2006 y no gane.  Aunque tenía varios títulos universitarios, era la banquera más titulada del país y jefa de varios grupos comunitario.  Yo me merecía el premio. Pero no exprese mis méritos adecuadamente, donde resaltaría encima de las otras aplicantes.   

Fui muy humilde y reservada, pues, así me criaron. Bueno, si continuaba así, nunca crecería.  El año siguiente, llene mi aplicación y hable claramente de mis logros; no arrogantemente sino con orgullo y tacto.   

Y gané, fui nombrada una de las mujeres Top 100 en 2007. 

Otra vez en 2010 y por ultima, fui nombrada al Círculo de Excelencia en 2012. 

Como miembro del Circulo de Excelencia, serví como jueza durante la selección de 2019- y de las 550 aplicantes, muy poquitas fueron latinas, y solo 2 fueron nombradas, America Lesh, Gerente de BGE Fleet and Lillian Argilagos, CEO of Viamericas Corporation.   

El resto que aplicaron no fueron reconocidas.  No porque no eran mujeres exitosas sino que no exaltaron sus logros y éxitos. 

Si desean avanzar para crecer sus empresas o ser promovidas en sus carreras, es necesario capitalizar el arte de promoción. 

Busca la manera adecuada de contar tu historia, de que esta llegue a las personas adecuadas, busca la manera de ser escuchada. Tú tienes el poder de decisión para hacer que tu vida cambie para bien. ¿Qué otros pueden ayudar? ¿Qué es mucho más fácil cuando alguien te da un empujón, cuando te dan la oportunidad? Por supuesto.  

Pero la mayoría de las veces esas puertas no se abren por sí solas. Si tú, con tu trabajo, tenacidad, y compromiso, eres capaz de labrarte un camino en el mundo profesional, si eres capaz de establecer relaciones exitosas con personas en todos los niveles, si eres amable, atenta y responsable, si cumples tu trabajo y siempre buscas superarte, tu reputación te precederá y más tarde que temprano, se abrirá esa puerta, te darán esa mano para lograr proyectos mucho más grandes e importantes. Llegará esa ayuda que quizás haga la diferencia, pero llegará gracias a tu esfuerzo, a tu determinación por lograr tus objetivos. Llegará porque ese fue tu plan desde el principio, que los demás supieran que tú eres una mujer de valor, una profesional que merece ser reconocida y remunerada por su trabajo. 

Que tú vales todo el dinero que pides y más. Porque has trabajado duro para ser quién eres hoy. 

No tengas miedo, comparte tu historia, y que el mundo sepa lo valiosa que eres. Y así abriremos los caminos de oportunidad para que la generación entrante llegue más lejos que nosotras.  

Espero que tomes la iniciativa y compartas tu historia. 

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This article first appeared in MUNDO LATINO. 

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